Un centenario santo

Cumple 100 años el glorioso Club Atlético San Lorenzo de Almagro. Son 100 años de una historia tan rica que me deja sin palabras. Tanta historia y tanta grandeza construida a partir de un sentimiento sin igual.

Un sentimiento que no se puede explicar. Algo que solo los que somos de San Lorenzo sentimos. Algo diferente, único, que nos hace distintos. Una grandeza construida a partir de grandes logros deportivos pero por sobre todo a través de la fidelidad de la gente.

Porque es la gente la que hizo grande al Ciclón de Boedo. La gente que no falto nunca. Que supo festejar en dulces momentos y que levantó al club en los peores. La gente, esa que se bancó que le robaran su estadio, el mítico Gasómetro de avenida La Plata y que fue condenada a errar por diferentes estadios del país por casi 15 años. Tanto tiempo sin un hogar, y sim embargo nunca faltó. Estuvo siempre ahí, acompañando, alentando.

Esa misma gente a la cual ni el descenso supo espantar, sino que los engrandeció aún mas. Algo que para cualquiera es una mancha es para San Lorenzo un motivo de orgullo. Porque su paso por la primera B fue histórico. En el peor momento del club la gente demostró su pasión y se hizo presente en cada partido, sabado a sabado. Todos los estadio quedaron chicos, incluso el monumental y el Ciclón fue el lider en recaudaciones aquel 1982, superando a todos los equipos de la A.

A mi solo me toco vivir un cuarto de esa historia. No tuve la suerte de conocer el Gasómetro. Nunca pude ver jugar a Martino, a Sanfilippo, a Scotta y a tantos otros que se lucieron con la casaca azulgrana. Sin embargo, siento toda esa historia como propia. Porque este sentimiento te hace parte de todo eso. La fiesta empezó ayer.

La fiesta sigue hoy. Fiesta, eso es San Lorenzo. La fiesta de ese corazón, que duerme en el bajo Flores, pero late en Boedo.